Doña Esther nació en 1952, en Villa Hermosa, Tolima. Salió de su tierra con su familia porque la violencia se puso recia, actualmente vive en la vereda San Miguel del municipio de Pandi con su esposo Don Manuel Robayo, con el cual llevan casi 50 años de casados. A punta de trabajo y arepas consiguieron su lote. Sus 10 hijos, 23 nietos y 5 bisnietos son su motivo de orgullo.
Mis papás fueron muy excelentes, muy responsables y cariñosos. Yo desde los 11 años ya sabía hacer de comer, ordeñar, hacer quesos… Entre mi papá y mis hermanos eran 8 hombres a los que les lavábamos con mi mamá, yo le ayudaba a ella. Así aprendí a responder por un hogar desde muy niña. Estudié hasta segundo de primaria porque la escuela quedaba muy lejos. Considero que fui una niña de verdad. Le diría a esa niña que fui, que fue muy buena hija. Me casé a los 17 años, en ese tiempo sí se mantenía mucho la inocencia, uno no dejaba ni siquiera que le cogieran la mano porque ya era pecado. La vida mía ha sido siempre dura porque he sido una mujer que me ha gustado luchar por el hogar, responder por mis hijos.
Yo le doy muchas gracias a Dios por mi hogar, ha sido muy bien llevado, desde la comprensión y el respeto. Manuel ha sido un hombre muy excelente, respetuoso, cariñoso, de todo. Eso me ha hecho muy feliz en la vida. Aquí en la finca el primero que se levanta es él para juntar candela y llevarme mi aromática o mis tragos a la cama. Luego a las 6:00 o 6:20 a.m me levanto y me pongo a hacer el desayuno. Él se toma sus tragos, se baña y sale a sus labores. A echarle agua a la huerta con el surtidor, a los fríjoles, al maíz o al café recién sembrado. Mientras vienen a desayunar yo me pongo a echarle comida a los animalitos… eso es un mismo corre-corre todos los días. Cuando tengo tiempo voy y le ayudo a desyerbar la huerta: hay habichuelas, fríjoles, zanahoria, lechuga o cebolla. También hay mucha guayaba, mandarina, naranja, maracuyá, banano… Y nosotros hacemos todos los insumos orgánicos. Aquí no falta el trabajo, a mí me gusta ayudarle.
Ahora ya nos sentimos un poco cansados. Yo mantengo muy enferma de la cabeza y Manuel de la columna. Él es muy guapo y sigue trabajando pero ya mantiene algo enfermo. Yo ando desesperada con este dolor de cabeza… pero así me he levantado a arreglar los pollos, a hacer mis labores. Para calmar ese dolor cojo unas tajadas delgaditicas de papa, les echo vino blanco y me las pongo con un trapo blanco en la frente. O lo mismo pero con ruda machacada. A veces también tomo naproxeno o advil. Los médicos no me han dado con el chiste… me dijeron que era sinusitis, pero me mandaron un TAC y tenía que ir a Girardot, y cuando llegamos nos dijeron que se había acabado el convenio con la EPS, entonces perdimos el viaje. En otra ocasión me mandaron otra cita para sondearme por la nariz, pero pasó igual. Perdimos el viaje. Hace un año estuve hospitalizada en Fusagasugá por bronconeumonía, me cayó una gripa y me afectó los pulmones. Yo creo que fue porque desde niña he cocinado con leña.
Me hicieron varios exámenes de tuberculosis y luego se me quitó, ya no me ha vuelto a dar pero yo me cuido mucho, cuando empieza a dolerme la espalda Manuel me echa sábila en los costados. También me como el cristal, para los pulmones es muy bueno y muy rico coger un cristal de sábila grandecito, dos claras de huevo, el jugo de tres o cuatro naranjas, endulzar con miel o panela y licuar. Eso queda pura espumita y se toma… Se puede tomar por la tarde, yo tomo y le doy a Manuel y a los que quieran de la casa, pero a casi nadie le gusta. Los remedios caseros son muy buenos.
Nosotros tenemos nuestras yerbitas para tomar aromática: romero, yerbabuena, toronjil, cidrón, limonaria o la santa vida que es otra mata buena…Aquí con Manuel tenemos sembrado todo eso. La ruda, por ejemplo, sirve en la huerta para matar mucho insecto o para hacernos baños. El cidrón es muy bueno para el corazón y la limonaria para cuando se tiene fiebre. También nos gusta tomar el jugo de naranja con cola granulada, consumimos mucho la naranja y el limón. Es bueno comer bastante verdura, plátano o banano, que tiene mucho potasio… tampoco nos falta la leche ni los huevos. Desde recién casada siempre hemos tenido la vaquita, la gallina o los pollos. La guatila me fascina más que la papa. La guatila sudadita, sancochada o con guisito…en verdura, en sancocho, en los fríjoles… también en dulce o en torta. El balú es rico sancochado, en torta o en jugo. Para hacer el jugo de balú hay que desgranarlo, quitarle la cáscara negra, ponerlo a cocinar para que quede blanquito, licuarlo con leche y un poquito de dulce y queda un jugo delicioso. Uno tiene que cuidarse en la comida con el colesterol, no consumir tanto frito, comer más pollo y pescadito que carne de res.
Nosotros estamos acostumbrados a consumir sólo lo que cultivamos. Manuel, por ejemplo, no se come un tomate que uno compre… o la habichuela o la mora ¡la mora sí que contiene veneno! En cambio, le fascina un jugo de acá, de zanahoria, de naranja, de guanábana… la guanábana de aquí es curita, curita, muy sana. Manuel sólo le echa ceniza abajo de la raíz para que no se llene de hormigas. Los mangos también son saniticos. Ahora a todas las frutas, a todo, le echan venenos a morir… En Santa Helena [vereda próxima a la de Doña Esther característica por la amplia producción de guanabana] hay un sector donde usted ve cultivos de guanábanas que son inmensas, pero uno pasa por ahí y se siente ese olor a puro lorsban*, puro veneno, eso es lo que más se consume. A las verduras no hay que echarles veneno, sino uno mismo hacer sus insumos orgánicos para los insectos y todo. También me gusta mucho el sancocho. Lo hace uno con su porción de carnita, platanito, yuca, papa, guatila, mazorca, ahuyama… já, ¿un sancocho con de todo eso? mejor dicho, un alimento primordial.
*Insecticida usado para el control de hormigas, en general.