Los encuentros de mujeres se han convertido en espacios de integración, reflexión, formación, propuesta política, creación y convergencia en la construcción de un tejido de mujeres.
El proceso de mujeres campesinas, populares y diversas en la región del Sumapaz viene trabajando en el fortalecimiento de una organización comunitaria entre diferentes lideresas de los municipios de Pandi, Tibacuy, Fusagasugá, Pasca y Silvania; que permitan defender el papel de la mujer campesina, desarrollando acciones encaminadas a reivindicar su rol en campo, de la importancia de ellas en las familias campesinas, la economía y el territorio donde habitamos.
En un primer encuentro en el que se sumaron nuevas mujeres, entre ellas lideresas, profesionales, campesinas, urbanas y terapeutas allí se trabaja bajo unas preguntas orientadoras: ¿Qué nos une como mujeres?, ¿qué nos une en comunidad?, y ¿qué nos motiva para organizarnos? Al responder estas preguntas entre todas, obtuvimos muchas reflexiones, propuestas y rutas para el trabajo de base.
Dentro de las reflexiones más importantes está que las mujeres campesinas tenemos una conexión con la madre tierra, una gran capacidad de creer, crear y proteger la vida, el territorio y la ancestralidad contamos con una gran fuerza, que se refleja en la capacidad de crear vida. Nos unimos en la experiencia de vivir y habitar el territorio, la identidad y el cuerpo, y así mismo, asumimos roles que fundamentales en nuestra comunidad, sociedad, hogar y trabajo.
A las mujeres campesinas nos unen las reivindicaciones frente a la ausencia estatal, la desigualdad salarial y la soledad. Nos reconocemos en la lucha de cara a las violencias propias y de nuestras hermanas, amigas y compañeras, nos unimos para porque creemos necesario sanarnos desde nuestra individualidad y la colectividad, ante las situaciones que se presentan a diario e identificamos la necesidad de reconocer y reconocernos en nuestras luchas y apuestas colectivas.
Las mujeres tenemos sueños, metas, anhelos, queremos avanzar en nuestras apuestas de vida y buscamos que se nos respete la vida, las decisiones y las libertades, valorarnos como mujeres para que nos valoren y esto lo identificamos en la necesidad de abordar temáticas que nos reúnen y que son prioritarias para nuestro proceso.
La fluidez del amor, la comunidad es nuestro entorno, nuestras familias, quienes nos rodean, la nueva ruralidad, las redes económicas que tejemos y de las cuales hacemos parte las mujeres, en la comunidad buscamos la participación, la incidencia y la igualdad de condiciones sociales, económicas y políticas para las mujeres campesinas, populares y diversas.
En este sentido, se hace fundamental consolidar una red de trabajo articulado para el fortalecimiento del proceso de mujeres campesinas populares y diversas, con unos objetivos específicos en términos de formación para la defensa y reivindicaciones de derechos de las mujeres, así como espacios de sanación para el manejo integral de las violencias; para esto proponemos espacios autogestionados y la incidencia en la institucionalidad correspondiente para el apoyo al proceso de mujeres en su consolidación.
Estos procesos de formación y sanación son fundamentales para salvar las vidas propias de hermanas, amigas y compañeras, eliminar las violencias en nuestras comunidades y construir el buen vivir de las mujeres en el territorio.
Nos motiva juntarnos para transformar el presente y futuro de las mujeres de nuestros territorios en busca de un buen vivir para todas. Nos motiva a organizarnos el reconocimiento de las violencias que vivimos las mujeres y las estrategias que conjuntamente podemos emprender para brindar herramientas para enfrentarlas, invitando a nuestras familias a integrarse a este proceso mediante la formación, generando espacios de trabajo colectivo como las huertas familiares y comunitarias y formándonos para guiar y ser una red de apoyo para otras mujeres en condiciones de vulnerabilidad.
Nuestro proceso busca ser incluyente, abierto y participativo para que se vinculen otras mujeres y así el proceso siga cultivándose y cosechando frutos en nuestros territorios.